27/12/08

Voces al otro lado del cristal, su calle no llega a ser una calle cualquiera por mucho que lo intente, gemidos y sábanas del día siguiente en su imaginación, espinas inconscientes en su corazón, y una leve esperanza, atenuada por la autoestima agarrotada por los golpes, del quizá.
Efímero y desolador quizá, agrietado entre espuma y cubitos de hielo, resoplando estertores moribundos. Sólo figuras recortadas a contraluz tras una cortina.
Siluetas distorsionadas por la idealización, que cree mirar a través del cristal, y, aún así, consciente de su propia inconsciencia, furioso por su ceguera... sigue adorando a esa figura tras el cristal, y la cortina, a esa silueta inalcanzable.
Y clama compasión, venganza... o cualquier medio de atravesar sus barreras.

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