22/11/09

Balbuceando

- ¿Cómo se da un golpe de estado en la actualidad? - preguntó, ladeando la cabeza para leer mejor los títulos en los lomos de los libros de la estantería. Tenía las manos en los bolsillos, expresión aburrida, y el traje de chaqueta arrugado y viejo, con algunas manchas en las mangas.
La habitación, lujosamente decorada aunque siniestra a la luz de la única lámpara, sumergía en tinieblas la parte superior de su oyente, recostado en un sillón rojo con las piernas cruzadas, y lanzando bocanadas de pálido e intrusivo humo al área iluminada.
Las estanterías a ambos lados de lo que a todas luces era un estudio rebosaban de libros sin catalogar, el escritorio estaba oculto bajo montañas y montañas de folios y carpetas, el diván egipcio tenía un cenicero lleno de colillas y fraguando un tenue aunque persistente olor a ceniza en el habitáculo, y el hombre de traje viejo paseaba por los límites de la ya agonizante luz de la bombilla mientras, al lado opuesto de la sala, el hombre a oscuras daba silenciosas caladas del undécimo, o duodécimo cigarrillo de las últimas dos horas.
- ¿Tú qué crees? - insistió el Trajeado, girándose para quedar encarado a su interlocutor.
Éste descruzó las piernas, golpeando con sonoridad el suelo con sus botas de montaña y manchando, por lo tanto, la tarima de madera con el barro que aún llevaba pegado a las suelas.
- Supongo que como siempre, con una revolución. - sus palabras llegaban casi distorsionadas, grises y cascadas, como si el humo hubiese imbuido sus propiedades en su voz. Aunque no pudo apreciarlo, el Trajeado supo que se había encogido de hombros.
- No, eso ya no sirve - siguió arrastrando los pies, siguiendo la línea claraoscura que delimitaba la visibilidad en el despacho, con la fija vista en el suelo y el ceño fruncido en un gesto de profunda concentración - La gente vive con miedo, y comodidad. Ambas cosas minan cualquier espíritu revolucionario.
- Se ha demostrado muchas veces en la historia que eso puede cambiar de la noche a la mañana... con el impulso adecuado - repuso el Hombre en Sombras.
- Hoy en día todo eso no es aplicable - replicó con aplomo el otro - La globalización, facilitada por los medios de comunicación, hacen que las afinidades se hayan... diluido demasiado.
- Resulta que hoy en día todo el mundo está en crisis, amigo mío, y eso, creo yo, es afín a muchas personas - ahora hablaba con sorna.
- Aún así, aún en crisis, tienen muchas comodidades. Y la comunicación sigue siendo imperativamente dominante. ¿Sabes qué sector ha sido el último afectado?
- ¿La comunicación? - interrogó en tono teatral el Hombre en Sombras, extendiendo los brazos en un movimiento que al otro no le pasó desapercibido, esta vez.
- No. El tabaco. Y la comunicación - ahora su voz era la que rezumaba teatralidad. Su colega soltó una carcajada ronca y grave, y dio una nueva calada al cigarro - Transportes, telefonía, internet, televisión, radio... bueno... - frunció el ceño - Excluye la radio. Y los periódicos. Llevan mucho en crisis, aún no entiendo cómo siguen a flote.
- Se podrían escribir enciclopedias sobre lo que tú no entiendes - comentó el Hombre en Sombras, apagando el cigarrillo sin alejarse demasiado del abrazo protector que le envolvía.
- Y otras tantas sobre lo que he llegado a entender - respondió irritado el otro - ¿Cómo, sino, pude encontrarte?¿Cómo, sino, es que he llegado hasta este punto pasando desapercibido?
- No tanto, amigo mío - sonrió su interlocutor.
- Sabes perfectamente a qué me refiero - el Trajeado se mostraba serio, y una nueva frialdad revestía sus afirmaciones - Te lo vuelvo a preguntar, ¿cómo provocarías un golpe de estado?
Él volvió a encogerse de hombros.
- Cortando la circulación económica. Paralizando los bancos, y dando un revés al mercado de valores.
- Tocándole el bolsillo a gente a la que no le gusta que le rasquen lo más mínimo - el tono de voz del Trajeado había pasado a ser burlón - Seguro que se te ocurre algo más original, no me decepciones así.
- No hablo de tocar los bolsillos que ya están llenos. - podía notarse lo divertido que le resultaba todo eso al Hombre en Sombras - Sino de romper los que ya están vacíos.
- Sigue sin ser original - la burla había dado paso al hastío. - ¿Eso es lo mejor que puedes ofrecer?
- Como ya te he dicho, el espíritu revolucionario puede volver a alzarse de la noche a la mañana - su sonrisa se ensanchó, y se incorporó de su asiento, encendiéndose un nuevo cigarrillo - Y los medios de comunicación... todo eso que has mencionado... bueno... - la luz iluminó las facciones de un joven que no rozaría los treinta años, con unas gafas de montura negra y el pelo rubio, desaliñado, cayéndole desordenado sobre unos ojos de un profundo color azul - Las armas que empuñan los poderosos siempre suelen tener doble filo.
A medida que el joven hablaba, el trajeado mudaba su expresión, del aburrimiento a la curiosidad, de la curiosidad a la sorpresa, y después a la satisfacción.
- Bueno... quizá... te haya subestimado.
- Y dime, amigo mío, ¿dónde pretendes dar este golpe de estado? - el joven chasqueó la lengua, relamiéndose los labios, ansiando ya el premio al final del camino. Su interlocutor levantó la lámpara, e iluminó una esquina del estudio, junto a un ventanal con las cortinas echadas, dejando ver un globo terráqueo de proporciones inmensas.
- ¿No te lo imaginas?
El joven enarcó una ceja, divertido, al verle pasear sus dedos sobre Norteamérica... pero el Trajeado sólo cogía impulso, haciendo girar el globo sobre sí mismo, y después haciéndose a un lado, abarcándolo por completo con un gesto.
- En todas partes.
Su interlocutor se atragantó con el humo.

8 comentarios:

Yo dijo...

Cuando lo he leído me han dado ganas de ponerte un piso (realmente era de darte hijos, pero suena un poco radical)

William Tea dijo...

¿¿¿???

¿Quién ser usted y por qué quiere castigar al mundo con pequeñas presencias derivadas de mi ADN? xDDD

William Tea dijo...

Lo de ponerme un piso lo acepto sin hacer preguntas.

Gaia Moridin dijo...

Me ha encantado... Aunque tengo la ligera impresión, no sé a santo de qué, de que lo vas a dejar sin acabar... Acábalo!!!

P.D.: A mí no me importaría hacerle un hijo al rubio, (o intentarlo, sólo) no tiene pinta de estar mal, un madurito interesante... Mmmm...

William Tea dijo...

Gaia... no tiene continuación. Sólo es eso, nada más xDD

Ella dijo...

Parece que ya no soy la única desconocida aquí...
Aún así, me sigue apasionando leerte. Gracias.

William Tea dijo...

Sigues siendo única, Ella ^^

Gaia Moridin dijo...

Bah, mandangas, yo que estaba incitandote a seguir...