18/10/10

Disertación

El amor es un asunto complicado y esquivo, cuya naturaleza, al parecer, sólo conocen los enamorados, y sólo algunos. Y no la conocen de un modo tan veraz como un matemático se explica que dos más dos suman cuatro, no, a veces, incluso lo explican con una ambigua y para nada satisfactoria aseveración "sólo lo sabrás cuando estés enamorado".
¿Qué clase de explicación, mal rayo os parta a todos condenados, es esa?
¿Y si crees estar enamorado y en realidad no lo estás? Porque hay mucha gente insegura de la leche en este mundo, y esas cosas no se pueden ir afirmando así porque sí, se presupone cierta tendencia previa, ciertas normas, por etiquetarlo de alguna manera; unas pistas que acaban desembocando en una conclusión irrefutable.
Aún así, el amor no se explica. No en los conceptos espirituales realmente necesarios. Se ha explicado muchas veces, tal vez en esa proliferación de significados se oculta un ramalazo de verdad, o tal vez sean precisamente esas numerosas descripciones las que obscurecen todo este asunto, volviéndolo complicado y esquivo.
Como las maneras de resolver un problema matemático, por seguir con la parábola; se pueden utilizar tantas fórmulas, que es más complicado a veces decidir cómo hacer algo que hacerlo en sí.
La cuestón es que todo el concepto del amor queda afeado por esta absurda y del todo innecesaria complicación que viene apareciendo en literatura desde... pues desde que la hay, básicamente. ¿Y sobre qué iban a escribir, si no? Al fin y al cabo, muchos dicen que el amor es lo más importante de todo el cosmos, macro o micro, o como se llame, ¿quién soy yo para llevarle la contraria a tan ilustres e insignes figuras históricas?
¡Si hasta Heráclito habló del amor y el odio refiriéndose al génesis mismo, al nacimiento del unverso y a su evolución!
Aquí me surge una duda, ¿se equipara la importancia del odio con la del amor?
Porque, dejemos las cosas claras: estamos en tiempos de odio, no de amor, el mundo hoy en día no sabe muy bien a qué atenerse cuando se menciona el "amor", como un jovencito timorato que titubea al oír una pregunta que no sabe si va dirigida a él y se apabulla y traba la lengua buscando una respuesta insegura. O, directamente, se tuerce en una fea mueca el labio, se fruncen ceño y nariz, y se suelta un comentario cínico digno del mayor dandi habido y por haber. ¿Quién ha sido capaz alguna vez que competir con el cinismo de Wylde, a ver?
Pero el ingenio, el odio y el amor como conceptos atribuidos a la raza humana y la Tierra han sido una digresión innecesaria, hablábamos aquí de un amor más terrenal (o espiritual, depende de a quién preguntéis), de uno más cercano a cada individuo, de ese en el que una persona X se "enamora" de una persona Y, y ya se ha liado.
Científicamente... bueno, ¡qué os voy a contar de las explicaciones científicas!
Cada cual se limita a explicar su parte: los biólogos hablan de hormonas, los psiquiatras de estados emocionales y procesos bioquímicos, los antropólogos de métodos de emparejamiento y supervivencia...
¿Sabéis que el amor tiene cuadros patológicos? Sí, sí, como en una enfermedad, y explican tanto el amor pasional como el estable o el apego afectivo y cariñoso, y hablan de la serotonina y la oxiyonosequé (y la testosterona y los estrógenos, mucho, mucho de la testosterona y los estrógenos), y dicen que voilá, ahí tienes en un papel escrito qué es el amor.
Pero escritas en papel hay muchas otras palabras que hablan de lo mismo, y día a día vemos detalles que creemos reconocer como amor, los sentimos...
¡Ah!, bribón, he aquí la palabra clave que andaba buscando. Sentir. Sentimientos, ¿no? Eso es el amor, al fin y al cabo, y hablamos de impulsos eléctricos neuronales, de procesos bioquímicos, de cuadros patológicos, todo para referirnos a un sentimiento, algo tan pequeño que cabe en el cuerpo de una persona, y que sí, puede variar aspectos fisiológicos básicos, y puede afectar incluso a la personalidad de uno mismo... pero, ¿realmente algo que cabe en el cuerpo de un ser humano, un mamífero bípedo de unos 75 kg y 1,75 m de estatura de media, es lo más importante del universo?
Que conste que yo creo firmemente en el amor. En el amor romántico y en el amor pasional, y en el cariño y el amor afectivo y duradero y estable...
Pero, por todos los dioses del Olimpo... ¿por qué es tan endiabladamente complicado? Eso, eso, y nada más, es lo que me saca de quicio. Aunque eso no quita que siga anhelándolo fervientemente.

—Cuando uno está en la cama con una mujer fea, lo mejor que puede hacer es cerrar los ojos y poner manos a la obra —declaró—. Aunque espere, la mujer no será bonita. Hay que besarla y terminar con el asunto.

Lord Petyr Baelish

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, tras tiempo de silencio llego ahora, me encuentro tres entradas casi nuevas y me saltas con estas. Pues no sé que decirte del amor, es , simplemente. No tiene porque tener explicación, ¿o sí? Ya he dejado de buscarlo, o eso me digo.

Jolene Aims dijo...

Wunderschön.

Si el amor no fuera complicado no pensarías en él, lo verías como un producto comercial que evitar.
Debería escribir sobre el tema :P