11/6/09

Gritos

Una historia para Mita. No quiero que llores ni grites. Sólo si puedo oírte.



¿Qué tal una noche de tormenta?
Oh, sí, fue terrible. Pero no sabes lo peor. No sólo hubo rayos, truenos y relámpagos, y lloraron los bebés y los perros empezaron a ladrarle al granizo que caía y pesaba toneladas, como si de pronto hubiesen decidido tirarle al mundo tres veces su peso en hielo.
No sólo se cometieron tres violaciones y dos asesinatos que, entre el ruido, pasaron desapercibidos. Tampoco sólo le pegó un padre a su hijo hasta dejarlo inconsciente por intentar proteger a su madre cuando llegó a casa borracho, resguardándose de la terrible tormenta.
No sólo rompió a llorar una mujer porque, en el mismo momento en el que la tormenta más arreciaba, su hija con leucemia expiró.
No sólo rompió a llorar otra porque encontrase a su hijo de diecisiete años muerto en la cama, aún con tres rayas de cocaína en la mesita de noche, esperando.
No sólo pasaron esas cosas, y no fueron lo peor que pasó aquella noche.
Aquella noche tres jóvenes chicas perdieron la inocencia que les quedaba, fueron despojadas a la fuerza de toda libertad y elección, y obligadas a ser inferiores a otros seres humanos. Dos personas perdieron cualquier segunda oportunidad que pudiesen necesitar. Un niño maduró demasiado rápido, de golpe, y conoció el odio antes que el primer amor.
Dos mujeres enterraron a sus hijos.
Lo peor de aquella noche no fueron los números, o los datos, es decir, lo que saldría al día siguiente en “sucesos” en el periódico.
Lo peor de aquella noche fueron los gritos...
Sí... los gritos...
Porque todas esas cosas significan gritos, porque son muchos los sentimientos encontrados y maltratados. Quizá no en esa misma noche, o en mucho tiempo, quizá no exteriormente... pero sí habría muchos gritos.
Y lo peor de aquella noche es que la tormenta los acalló todos.



Si salgo corriendo, tú me agarras por el cuello,
y si no te escucho... grita.
Te tiendo la mano, tú agarra todo el brazo,
y si quieres más, pues... grita.
Jarabe de Palo



6 comentarios:

Ladrona de Mentiras dijo...

Odio a jarabe de palo y de la emoción hasta he escuchado la canción!=P
Guille, eres adorable =)

Creadora de sueños visionaria de vidas dijo...

Buenas, en mi cabeza se hicieron los gritos de todas esas personas que al aparecer la tormenta callaron.
Me ha gustado y he podido sentir el miedo de cada grito.
Y la canción preciosa.
:)

Jolene Aims dijo...

Es derrotismo puro, socorro xD
Tu ya sabes como me afectan los relatos de cruda realidad :P.

Xochie dijo...

Me encanto cuando dices que aquel niño maduro demasiado rapido, y conocio al odio antes del primer amor.
Senti algo cuando leí eso.
Me lo he imaginado eso es lo que me gusta de tu blog.

Ego dijo...

Hace tiempo que no grito. Hace tiempo que no contemplo un asesinato. Una vez una mujer acuchilló a su hijo de 7 años y luego se tiró por el balcón. La gente no se preocupó de gritar: se preocupó de mirar.
Como dice Isabel, vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

(La palabra clave es 'dieras'. Yo doy, tú das, él da...)

Xochie dijo...

No te preocupes por lo del suicidio. :) Ya nos compensaras?!? Eso sera bueno! te vemos pronto por aqui Guille! :) al menos ya tengo voz para tu persona.